nubes que enjugan nuestras lagrimas, tierra bajo nuestros pies y a nuestro lado montañas , plantas y arboles, que nos acogen con su existencia, canto de noche estrellada, luna que crece o mengua, la necesidad de amar y ser amado, compartir como seres de una misma madre, que nos baña de ternura y perdona nuestros errores, abrazandonos, cuando amanece.
Debemos agradecer todo lo bueno que nos rodea, aunque a veces nos cueste.
ResponderEliminaruna bonita reflexión.
una lluvia de besos
Que bonitas palabras.
ResponderEliminarMe recuerdan lo agradecida que estoy por tenerte ahí abriendo mis alas y aconsejando con mimo a cada pluma como volar y atravesar montañas.
Un besito
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue agradable leer eso de ti, mi pequeña princesa. No sabes lo feliz que me haces , y siempre te voy a abrir tus ala, porque tu me llevas en tu vuelo
ResponderEliminarTe quiero bonita un beso
Esos abrazos que vuelan y extienden sus alas al amanecer, son el abrigo de los días...
ResponderEliminarBesos, Oropéndola.